jueves, 16 de abril de 2009

Eres dueña de tu vida

Muchas veces, al conocer a alguien solamente vemos una parte de lo que realmente es. Pero con el paso del tiempo comenzamos a notar que esa persona amable del principio de la relación, comienza a cambiar. Se empieza a tornar más violento, empieza a celar sin ningún justificativo, agrede verbal y físicamente, etc. Pero algunas mujeres igualmente siguen adelante con esa relación ya sea por miedo a ese hombre o por temor a quedarse solas.
A veces las mujeres, sin buscarlo y sin darse cuenta, se ven involucradas en un tipo de relación perversa. Suele pasar mucho tiempo hasta que se dan cuenta de lo que realmente están viviendo, y a veces reaccionar tarde puede llegar a ser muy peligroso.
El enamoramiento es muy peligroso ya que tiende a justificar todo. Cuando usted se enamora pierde el sentido de la realidad y todo lo que haga el otro le va a parecer bien, incluso algún tipo de violencia verbal y hasta física.
Muchas veces la belleza exterior contrasta con la interior. El problema está en darse cuenta a tiempo.
Los hombres que poseen este tipo de personalidades se consideran generalmente víctimas, aunque en realidad es todo lo contrario, porque ellos están victimizando a su pareja.
Muchas veces ocurre que el único problema de la mujer es tener el "sí fácil". No saben decir basta ante situaciones difíciles. En realidad muchas veces sienten esa negación a seguir con la relación pero no llegan a exteriorizarla. Estas complicaciones están apegadas muchas veces a sus creencias y a cómo fueron criadas en su juventud. Muchas descreen de sus propios deseos y sólo conceden ante cualquier pedido que su pareja les haga.
Lo importante es que uno fije sus propios límites, porque de lo contrario la otra persona avanzará al no encontrar ninguna barrera que le impida pasar. De esa manera uno está colaborando a que la otra persona lo tome como un objeto y pueda manipularlo como quiera.
Por eso la clave es fijar límites de entrada, no temer a una separación, y aprender a decir que no.

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