domingo, 22 de febrero de 2009

Esos amores de verano


El verano incita a las pasiones, la gente se ve hermosa, las pieles bronceadas, los escotes y los vestidos ( y lo que rellenan esos escotes y esos vestidos) el bikini, los oblicuos marcados, etc...
Y se producen... Los amores de verano.
Es bastante probable que todos nosotros hayamos tenido uno, las situaciones probables son las vacaciones, las tardes en la playa, los viajes de acampamiento etc...
Es en ese momento cuando nos damos cuenta de que el verano tiene una justificación, que las dietas sirvieron, que podemos ser unos seductores y esta vez dolerá más que nunca el regreso a la rutina.
Los amores de verano existen para que las personas vivamos alimentados de ilusión. Probablemente a esa persona no la volvemos a ver más, pero la recordaremos mucho más bondadosa de lo que realmente fué, mucho más bella, más interesante, más valiente, etc.
Lo terrible es volver a nuestra vida normal después de un idilio de verano. Se tienen dos opciones: Volver a la vida normal entristecidos o volver recordando con cariño un hermoso verano.
Como diría Rafaella Carrá "Buscate otro más bueno, vuélvete a enamorar"...

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